Preguntas frecuentes (FAQ)

Estos colchones tienen un núcleo compuesto por cientos de muelles con forma cilíndrica. Cada muelle está metido de forma individual en un pequeño saco de tela muy transpirable y que se une al resto de muelles a través de un termosellado. Debido a esta separación total de los muelles, conseguimos una adaptabilidad e independencia de lechos espectacular. También, al estar el núcleo compuesto de muchos muelles, se crea una cámara de aire que convierte al colchón en uno de los más transpirables.

El látex es un tipo de material con una alta elasticidad, adaptabilidad y con una potente absorción de la humedad, y que, además, si decides que tu colchón contenga látex 100% natural, conseguirás unas propiedades hipoalergénicas espectaculares. Por todo esto aconsejamos el uso de colchones que contengan látex.

Si estás buscando un colchón que soporte pesos elevados y que tenga una alta durabilidad, la mejor opción son los que se componen de espumaciones HR (High resilience). Son colchones con una alta capacidad para volver a su estado natural, además de ofrecer una adaptabilidad y reparto de la presión equitativa sobre todas las partes del cuerpo para un descanso muy reconfortante.

Los colchones viscoelásticos tienen la fama de ofrecer una excelente adaptabilidad e independencia de lechos, y así es. Reparten la presión sobre cada parte del cuerpo de una forma sorprendente, mejorando el riego sanguíneo y aliviando contracturas.

Habitualmente se recomienda cambiar el colchón una vez pasados 10 años, pero claro, todo depende del uso que haya tenido y su nivel de deterioro. Existen muchos factores que pueden determinar si es momento de cambiar el colchón o no. Por ejemplo, un colchón que está en una segunda residencia seguramente haya sufrido un deterioro bastante menor y pueda aguantar más tiempo. El peso es fundamental, si la persona que duerme en él es muy robusta posiblemente necesite cambiar el colchón antes de los 10 años. Lo aconsejable es analizar si el descanso sigue siendo reparador igual que el primer día.

Todos los colchones, sobre todo los que sufren un uso diario, tienden a perder firmeza, y con tiempo, puede que lleguen a deformarse levemente. Esto no se considera un problema del propio colchón ni un defecto de fabricación del mismo, siempre y cuando sea una deformación leve. Esto se considera huella corporal, una marca natural del uso del colchón. Como ya comentábamos antes, todo depende de su uso y del tipo de materiales que se utilicen.

Es importantísimo tener en cuenta aspectos como el peso, si sufres dolores de espalda o si pasas calor habitualmente mientras duermes. También se debe tener en cuenta la firmeza del colchón, las medidas, si duermes en compañía y muchas cosas más, pero no te preocupes. En MundoColchón podemos asesorarte de varias formas antes de dar el paso y hacerte con un nuevo sistema de descanso:

• En primer lugar, nuestra web está repleta de información y pautas que pueden ayudarte a seleccionar tu colchón de una forma sencilla, no obstante, puedes utilizar nuestro configurador de descanso.
• También puedes visitarnos en una de nuestras tiendas o puntos de venta autorizados donde alguno de nuestros expertos en descanso te asesorará sin compromiso,
• Llamar directamente al número de teléfono 953 04 17 37.

La configuración o uso de los diferentes materiales hacen que existan infinidad de colchones, con propiedades totalmente distintas, aunque podemos clasificarlos por la composición de su núcleo en 5 grandes familias:

• Colchones de muelles Bonell.
• Colchones de muelles ensacados.
• Colchones de Látex.
• Colchones viscoelásticos.
• Colchones de espuma HR.

Debido al proceso de crecimiento en el que se encuentran los más pequeños de la casa, es muy recomendable utilizar colchones con una firmeza medio/alta para garantizar que su cuerpo mantenga durante toda la noche una postura correcta que favorezca una buena formación de estructura corporal sin desviaciones. Pueden ser aptos los colchones viscoelásticos, los de espumaciones HR y los de muelles. Todos ellos pueden aportar a los niños la firmeza necesaria sin llegar a ser duros, es decir, que la sensación de una acogida agradable no se perderá, haciendo que descansen y despierten con las pilas cargadas.