Descansar es algo fundamental si haces deporte. Tan importante es hacer ejercicio como un buen descanso.
Tras el esfuerzo realizado durante una sesión de entrenamiento, tu organismo necesita descanso para poder adaptarse al cambio físico (peso, trabajo físico, crecimiento de los músculos) que ha sufrido durante el periodo de ejercicio. Si no proporcionamos a nuestro cuerpo dicho descanso, corremos el riesgo de lesionarnos o de rendir menos y de peor manera.
Una fase más del ejercicio
Independientemente de cuál sea nuestro objetivo a la hora de hacer deporte (tonificar nuestro cuerpo, perder peso, ganar forma física…) debemos ser conscientes de que se necesita tiempo, constancia y fuerza de voluntad. No lo vamos a lograr de hoy para mañana.
Es importante hacerlo con el ritmo y la frecuencia adecuada, incluyendo los periodos de descanso necesarios para que nuestro organismo se recupere.
Durante el ejercicio, activamos el trabajo de nuestros músculos, pero es durante el descanso cuando estos empiezan a ganar el tono muscular logrado durante la fase activa. Además, la energía y los líquidos que quemamos durante la actividad física los recuperamos de ese modo.
Es importante ir aumentando la dificultad del ejercicio que hagamos, de forma paulatina, para evitar que nuestro organismo se acostumbre al ritmo y esfuerzo al que le sometemos y frene su progreso, con la consecuente frustración por el escaso fruto de nuestro trabajo. Si nuestro esfuerzo aumenta progresivamente, mejoraremos nuestro rendimiento y nos acercaremos más rápidamente a nuestros objetivos.
Al someter nuestro cuerpo a un esfuerzo creciente, pueden aparecer las llamadas agujetas, que no son más que pequeñas roturas fibrilares. Éstas irán desapareciendo conforme nuestro cuerpo se regenere y reanude su buena disposición a enfrentarse de nuevo a un mismo esfuerzo, disminuyendo su dificultad y procurándonos la posibilidad de acceder a nuevas metas y retos.
Tómatelo con calma
Si te agotas, eludiendo el descanso y sometiendo tu cuerpo a un creciente estrés sin premiarlo con un reposo adecuado, el rendimiento no será el esperado en las sucesivas sesiones y, además, el riesgo de sufrir lesiones y sobrecargas aumentará notablemente. A largo plazo, podemos sufrir también problemas cardiovasculares.
Otro beneficio que nos aporta un buen descanso es que nuestra mente también se relaja, lo que es fundamental para nuestro bienestar.
Por lo tanto, alternar ejercicio con descanso, mejora tu salud y los resultados de nuestro esfuerzo.
Es importante que uno o dos días de la semana evitemos entrenar, para que nuestro cuerpo repose, nuestros músculos descansen y evitemos el sobre entrenamiento y sus consecuencias. Se puede hacer en esos días ejercicio ligero como pasear a pie o en bicicleta.
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