El descanso en los bebés

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El descanso en los bebés

Cuando los adultos no descansamos bien por la noche, o dedicamos a ello menos horas de las que serían necesarias, nos volvemos irascibles, nos encontramos agotados e incluso puede que con molestias digestivas. ¿Qué pasa con el descanso en los bebés?

Los niños presentan los mismos síntomas, con el agravante de que, además, su desarrollo cognitivo y físico también puede verse afectado.

Un síntoma claro de que nuestro hijo o hija no descansa bien puede ser los llantos repentinos, ya que es su manera de expresar malestar o cansancio. Otros síntomas pueden ser la irritabilidad, el cansancio y la inapetencia a la hora de alimentarse.

Los recién nacidos se suelen despertar tras ciclos de sueño de entre una y tres horas, por lo que, a lo largo del día pueden dormir entre dieciséis y veinte horas. A medida que van creciendo, van reduciendo las horas que dedican al descanso, de modo que, con un año, suelen dormir, incluidas las siestas (de una a dos diarias) entre 10 y 12 horas diarias.

Mientras duermen, el sistema inmunológico de los pequeños se regenera y, si el sueño ha sido de calidad, se mostrará enérgico, descansado y responderá mejor a los estímulos, mejorando su capacidad de aprendizaje. Así de importante es el tiempo y la calidad del sueño para el completo desarrollo en la primera infancia.

Los pequeños suelen distribuir sus momentos de descanso a lo largo del día, pero el sueño nocturno es el más importante para su salud y desarrollo.

Seguir una rutina diaria a la hora de preparar al niño para el sueño nocturno facilitará la calidad y cantidad de su descanso.

No hay una rutina única e ideal. Ésta debe adaptarse a las costumbres y circunstancias familiares, pero han de ir encaminadas a que el pequeño se vaya relajando, facilitando su predisposición para acostarse y descansar.

La hora del baño

Un baño antes de irse a dormir puede relajarle, sobre todo si va acompañado de un ambiente calmado y sereno. Conviene usar un agua templada, con un jabón neutro. Tras el aclarado, podemos darle masajes con aceites aptos para los más pequeños, proporcionándoles bienestar y relajación. Después, lo secamos con una toalla suave, no olvidando las zonas con pliegues de su cuerpo, para evitar irritaciones posteriores.

El ambiente

La luz tenue y un espacio si ruidos le proporcionaran un entorno agradable para relajarse. En la medida de lo posible, procura que la hora de irse a dormir sea cada día la misma, sin prisas ni voces.

El uso de purificadores o humidificadores de aire puede contribuir a crear un ambiente limpio y saludable, mejorando aún más la calidad del sueño de los pequeños de la casa.

La cama o cuna

Es fundamental que su lugar de descanso sea seguro y adaptado a su tamaño. Debe usar materiales de calidad, que no presenten aristas ni salientes que puedan dañar su piel si se golpea con ellos. El colchón debe ser firme, aunque no demasiado duro, y al menos 20 cm más largo que la altura de nuestro pequeño. Si quieres, pásate por nuestra página y elige el que más se adapte al sueño de tu peque. Tenemos una colección para bebés y otra colección para niños. Seguro que encuentras el que necesita tu peque.

No debes arroparlo en exceso ya que el calor puede interrumpir su sueño y el sudor puede producir daños en su piel tales como sarpullidos y rojeces.

Esperamos que los consejos que desde MundoColchón te hemos dado, sirvan para que reine la paz y el descanso en las noches de tu hogar.

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