Es algo muy habitual durante la infancia
A veces cuesta diferenciarlas, pero cada problema aparece en una fase diferente del sueño de los pequeños de la casa. ¿Qué hacer si tus hijos tienen pesadillas o terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos
También se conocen con el nombre de parasomnia y suelen aflorar en la primera infancia, entre 18 meses y 4 años, aunque a veces lo hacen algo antes o después.
Los terrores nocturnos suelen aparecer al poco tiempo de que el niño se quede dormido,
Cuando pasa la crisis, el niño sigue durmiendo sin problema y normalmente no recuerda lo que ha pasado ni si sus padres han acudido en su ayuda o no.
Son episodios desoladores también para los padres, ya que el niño se muestra aterrado, grita, llora, se agita e incluso se levanta y habla de modo incoherente. Su respiración se acelera y aumenta su ritmo cardiaco. Puede abrir los ojos, pero no ver a sus padres.
Pese a todo, los padres pueden estar tranquilos, estos episodios sólo duran unos minutos y no existe peligro para el desarrollo o la salud del niño.
Las pesadillas
Las pesadillas aparecen durante la fase del sueño paradojal y suelen relacionarse con acontecimientos acaecidos durante el día y que le han marcado profundamente.
El niño se muestra asustado y agitado, recordando completamente al día siguiente el episodio sufrido la noche anterior.
¿Por qué le pasa esto?
- SI el niño ha sufrido una alteración importante en su vida (mudanza, llegada de un nuevo bebé, cambio de colegio…), puede sentirse perdido, angustiado y desorientado, lo que puede llevarle a un nivel de estrés que desemboque en una noche de pesadillas.
- Los cambios en la rutina de los niños, como acostarse tarde, no dormir siesta… pueden provocar terrores nocturnos.
- Los terrores nocturnos pueden ser fruto de problemas de digestión o de reflujo gastroesofágico.
- Pueden ser hereditarios.
¿Qué hacer durante un episodio?
No lo despiertes.
- Intenta protegerle de golpes y caídas, pero no le despiertes.
- Asegúrate de que se queda tranquilo o dormido antes de dejarlo solo en su dormitorio.
- No le cuentes lo que ha pasado, el niño no se acordará y puedes preocuparle innecesariamente.
¿Puedo calmar su inquietud?
Si su inquietud se debe a la llegada de un hermanito, hazle saber que él siempre será importante para vosotros.
Puedes hacer que el niño dibuje lo que le preocupa, si no es capaz de expresarlo con palabras.
El secreto está en saber calmar a tus hijos, explicarle los cambios que vienen para que se encuentren preparados y los asuman con naturalidad.
Si te preocupa el descanso de tu hijo o hija, no dudes en conocer nuestras colecciones para bebés y niños
Via ELLE.fr